John Bowlby, psiquiatra infantil que formuló con brillantez la teoría del apego, ya lo adelantó en 1951“Consideramos esencial para la salud mental, que el bebé y el niño pequeño experimenten una relación cálida, íntima y continuada con la madre (o sustituto materno permanente), en la que ambos hallen satisfacción y goce”. Lo de esencial, aclaró él mismo, es para la supervivencia de la especie humana, nada más y nada menos.